Hace ya unas décadas, era muy usual ver en casa de nuestros abuelos, las paredes decoradas con multitud de platos. Estaban colgados casi siempre en el comedor, varias de estas piezas. Cada uno era diferente, en cuanto a sus dibujos, sus formas, su tamaño e incluso su procedencia.
Al final todas las modas acaban volviendo, esta no podía ser menos. Cada vez son más los adeptos a coleccionar platos y colocarlos en las paredes como
si de pequeñas obras de arte se tratasen, una tendencia que se extiende
cada día más, tanto en casas particulares, como en espacios comerciales
y de restauración.
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